Las drogas se pueden clasificar de acuerdo con distintos criterios:

-Así, desde el punto de vista legal, se pueden diferenciar las drogas en legales (tabaco, alcohol, psicofármacos…) e ilegales (cocaína, cannabis o heroína) que no pueden ser distribuidas ni producidas legalmente.

-También se pueden clasificar según su peligrosidad (duras y blandas).

-Según sea su origen (naturales o sintéticas).

Pero desde el punto de vista clínico, las drogas se clasifican según sus efectos principales sobre el SNC, de esta forma, podemos diferenciar sustancias que tienen una acción depresora (alcohol, fármacos sedantes, opiáceos,…), una acción estimulante (nicotina, cafeína, anfetaminas y cocaína) y una acción alucinógena (LSD, mescalina y psilocibina). Sin embargo clasificar las drogas conlleva una cierta simplificación, ya que por ejemplo las drogas de diseño, como el éxtasis, comparten los efectos estimulantes con los alucinógenos. No obstante, los usuarios de estas drogas no forman un grupo homogéneo, ya que existen personas que consumen alcohol o marihuana en ocasiones especiales sin complicaciones aparentes, y otras personas que son incapaces de controlar el consumo de estas sustancias y que debido a ello, experimentan graves consecuencias. Por ello, la abstinencia de consumo de drogas  y el consumo en ausencia de riesgo, no justifican intervenciones; siendo necesarias éstas cuando aparece el consumo de riesgo para evitar una patología relacionada con su uso. Este consumo puede llevar a que el individuo sea incapaz de controlar su uso (dependencia) lo que le lleva a presentar distintos síntomas como pueden ser la tolerancia, la abstinencia, las dificultades para controlar el consumo, la reducción o el abandono de otras actividades, el incremento de tiempo dedicado a su consumo y a la persistencia del consumo pese a que existan complicaciones físicas o psicológicas. Pero los problemas derivados del consumo de drogas no son consecuencia de una única causa. Así, podemos hablar como explican Hawkins y Catalano (1992), de los factores individuales (genéticos, relacionados con la conducta de los padres, relacionados con la personalidad o con factores psicosociales como el fracaso escolar) y los factores sociales, ya que el consumo y el uso problemático de las drogas están influidos en gran medida por los factores culturales, económicos y sociales.